Ayer escribi algo sobre algunas Biblias de Estudio disponibles castellano. Es un buen contexto para pensar sobre la diferencia entre «la Palabra de Dios» y las palabras de hombres.
En estas Biblias de esudio, el texto biblico viene con «notas» al lado o abajo. Si la Biblia, dividida en versículos, es «Palabra de Dios», estas notas son «palabras de hombre (o mujer).» Cuando uno le las Biblias de Estudio algunos tienen dificultad para darse cuenta de la diferencia entre una palabra y otra donde, de un lado se encuentran palabras humanas y, del otro, la palabra de Dios.
Tal vez nos ayuda ver las dos palabras lado a lado. No porque necesitamos que hombres nos interpreten a Dios. Lo que buscamos es que Dios inteprete nuestras vidas.
Caminar con Dios es un constante diálogo con el Señor por iniciativa suya. Él se acerca a nosotros y nos invita a producir, con él, bendición para la humanidad. Y, en cuanto a la Palabra de Dios, hombres y mujeres de la antigüedad fueron el medio por el cual nos ha llegado la Biblia. Y hemos aprendido a prestar atención al texto bíblico por causa de mujeres y hombres en la actualidad.
Sin embargo, alimentamos nuestra expectativa de que el texto nos abra una linea directa de Dios. Tememos que lleguemos al texto mezclando intereses humanos (nuestros y de otros) e impidamos nuestro reconocimiento de la Palabra de Dios. Lo que deseamos es poder interpretar correctamente la Biblia. Queremos entender qué quiere Dios de nosotros. Acabamos descubriendo que Dios no quiere darnos un librito con diez pasos para la santidad. Quiere caminar junto con nosotros. Por medio de Sus Palabras, nos busca y nos pregunta,
<<¿qué quieren?
<<¿dónde están?>>
Volviendo a las Biblias de Estudio, surgen problemas cuando las notas al margen del texto bíblico limitan nuestra apertura a Dios. En muchos casos, estas notas promueven una tendencia teológica particular, de un solo autor que quiere promover su forma de interpretar la Biblia. A la vez, las diferencias de opinion entre estos autores parecen incomodar. Para el lector sabio, son una invitación para entrar en el diálogo entre hombres, mujeres y Dios a la luz de la Biblia. Pero las Biblias con un solo autor acaban aislado el lector del diálogo entre los comentaristas y posiblemente con Dios.
Bueno, comenté sobre mis inquietudes con un amigo que produjo una linda Biblia de Estudio en otro país. Me dijo lo siguiente:
La única forma de librarse totalmente de la «palabra del hombre» es siempre cargar los manuscritos originales en hebreo y griego. Cualquier versión traducida, con capítulos y versículos numerados, ya está «contaminada» (si de veras crees en una pureza original). Es, de todas formas, una ingenuidad creer que alguien puede leer la «palabra de Dios» independiente de palabras de hombres. Por lo menos no es posible para alguien que haya escuchado un sermón, ido a la Escuela Dominical, o leído algún comentario u otro libro cristiano.
Lo único que hace una Biblia de Estudio es hacer más explícita esta relación entre Palabra de Dios y Palabra de Hombre. Estas Biblias pueden producir un mejor ambiente porque cuando las leímos podemos aceptar o rechazar las notas. Las Sociedades Bíblicas insisten en imprimir el texto bíblico en un color diferente del de los otros textos en la Biblia de Estudio.
Aún así, no me siento tan confortable con las Biblias de Estudio que enfatizan un tema específico. Prefiero Biblias de Estudio con enfoque histórico, contextual y sobre el contenido del propio texto bíblico. Y de las varias Biblias de Estudio, la que verdaderamente hace falta es la que enfoca sobre el hilo conductor de la Biblia entera: la misión de Dios para redimir su buena creación.